
Confieso públicamente que tengo una debilidad: escucho conversaciones ajenas.
No puedo evitarlo, salgo a comer, a cenar, voy acompañada de amigos, de mi marido, de familiares, y mientras compartimos y charlamos no puedo dejar de escuchar lo que en otras mesas están comentando. ¡Desearía no hacerlo, pero NO PUEDO!
Mi marido , con los años, ya se ha acostumbrado, incluso cuando salimos del restaurante o del café, me pregunta divertido " Y qué, ¿qué se ha comentado en las mesas de al lado?", y se lo explico.
Es una curiosa escucha en paralelo, porque no pierdo el hilo de lo que sucede en mi mesa. Las más divertidas son las mesas de adolescentes o de grupos de chicos jóvenes, suelen hablar de gamberradas, de ligues, de fiestas, de juergas, de amor. Odio las mesas de "viejos amigos seniles", en las que hablan de batallitas, de fracasos, de antiguas modas y de médicos y dolencias. Aunque peores son las que negocian divorcios, visitas a los niños, custodias compartidas o no, y quién se quedará con la casa de la playa. Las mesas de amantes son deliciosas, pasiones desenfrenadas que no se pueden confesar, válvulas de escape y últimos cartuchos por quemar, todo con tal de no dejar de sentirse amado.
Hace unos días salí a cenar con unos antiguos compañeros de trabajo, y en la mesa de al lado un grupo de amigas, todas estupendas, súper bien arregladas, se las veía muy unidas y que disfrutaban de estar juntas. Una de ellas decía:
- "Yo no dejaría nada por él. Tengo claro que adoro a mi marido. Es un padre genial y cariñoso.Tengo una vida maravillosa , cómoda, confortable. Pero, no puedo evitar seguir viéndolo, es la guinda del pastel, convierte mi vida en algo perfecto. Pero, vaya, no me imagino con él para nada..."
Sus amigas intentaban "poner juicio" a sus palabras, parecía que el tema era arriesgado, y una de las amigas, después de un breve silencio le dijo , mirándola fijamente:
-"No dejarías nada por él. Pero es a él a quien no puedes dejar"
En la mesa estalló una carcajada conjunta, se estaban petando todas de la risa, y oigo que responde con resignación:
- "No, no puedo"
PD: ¿Qué es lo que "te puede"??